Navidad en Holanda: aventuras diferentes
Me gustan los cuentos. Me gusta soñar. Y me encanta la Navidad. Blanca, fría y lo más típica posible. Y bajo todos estos gustos se encierra la imperiosa necesidad de vivir una Navidad de cuento, de esas en que las imágenes se dibujan con el color blanco de la nieve, en que la Nochebuena se pasa junto al hogar encendido, calentito, mientras tras las ventanas ves nevar y en que durante el día marchas por las calles entre tiendas típicas mientras el Jingle Bells suena por los altavoces. No hay nada más nostálgico pero al mismo tiempo familiar que los mercadillos navideños ni nada más evocador que hacerlo de la mano de las historias de Charles Dickens o patinando en algún gran lago helado.
Por eso me encanta el centro y norte de Europa. Alemania, Bélgica, Holanda, países que tienen una fuerte tradición navideña y que aprovechan sus temperaturas para adecuar estas alegres fechas al ideal que tantos tenemos.
Holanda ya tiene sus propios planes, y muchas, muchas propuestas.
¿Os imagináis bañarse en Año Nuevo en el mar o en un lago con las bajas temperaturas que allí corren? pues esa es una de las propuestas: el clásico chapuzón de Año Nuevo, tan típico allí, acoge a cientos y cientos de personas por más e 60 municipios. Sin embargo, las playas de Scheveningen, las más famosas del país, son visitadas ese día por más de diez mil personas cada año. Más de cuarenta años llevan haciéndolo, y cada año que pasa hay más gente.
Pero las tradiciones no acaban ahí. Otra más reciente pero mucho más simpática es la de la Maratón de Papá Noeles. Ya os imagináis cuál es el requisito para poder participar en la carrera. Sí, efectivamente. Ir vestidos de Papá Noel. Se celebra en Amersfoort, cerca de Utrecht y se corre el día 22 de diciembre.
Otro clásico: es raro el año en que en Ámsterdam, en algún momento del año, no se congelan los canales. Esos días todos aprovechan para irse a patinar por ellos. Salpicados por todo el recorrido se instalan pequeños puestecitos con bebidas y licores que te calientan e incluso, en algunas zonas, se montan postas de patinajes artificiales. Si además lo hacéis anocheciendo veréis el espectáculo de luces del Magic Winter Ámsterdam cuando los principales monumentos y lugares turísticos de la ciudad se iluminan de forma artística, totalmente diferentes al resto del año. Esta iluminación se inaugura el 7 de diciembre y se apaga el 20 de enero del próximo año.
Llega el momento de las compras tradicionales, y los concurridos mercadillos son el lugar ideal: bien, pues Dordretch y Valkenburg tienen los mayores mercadillos de toda Holanda. Es puro espíritu navideño.
Y una última propuesta: la más romántica quizás. La más imaginativa y ensoñadora. Vivir la Navidad como si estuviéramos en un cuento de Dickens. Eso es lo que se hace en Deventer, donde más de 900 personas se visten con trajes clásicos de sus libros, y representan por las calles las bellísimas historias del genial escritor.
Scrooge, Oliver Twist y los espíritus de la Navidad pasada, presente y futura nos esperan…
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