Visita a la Basílica del Sagrado Corazón, en París

Sacre Coeur de Paris

Con bastante retraso y poco tiempo llegamos al Sacre Coeur, la Basílica del Sagrado Corazón, en la cima de la colina de Montmartre, continuando así nuestro día en París. Desde el hotel Magenta, donde nos alojamos, es francamente fácil, pues sólo hay que tomar el Boulevard Magenta, pasar por delante de la Gare du Nord y luego tomar el Boulevard Rochechour a la izquierda, en dirección a Montmartre. A la derecha, y en alto, queda el Sagrado Corazón, imponente templo blanco que domina las alturas parisinas.

A medida que nos fuimos acercando a la colina se fue notando la ambientación, mucho más cosmopolita, más turística y más animada. Si por el boulevard Rochechour ya nos iban abordando los vendedores ambulantes ofreciéndonos de todo, cual viles turistas, ya, justo en la entrada de la Gran Villette, la gran escalera que sube a la Sacre Couer, aquello se convirtió en un abordaje en toda regla. No recordaba nada así, tan agobiante, desde que estuve por la India. Quizás tal abordaje de vendedores con el regateo es algo que deberían controlar porque la imagen que da de un templo que tiene la historia que tiene y donde el recogimiento debería ser la nota predominante es, sencillamente, indignante. Claro que también deberían controlar el número de turistas que entran el iglesia, porque al ser gratis, cuando menos, choca, el ver que mientras están los fieles orando o celebrando misa, los pasillos laterales están absolutamente atestados de turistas que van haciendo el circuito interior.

Supuestamente, cuenta la Historia que en la colina de Montmarte (o la Butte Montmartre como la conocen los franceses) fue donde se produjo el martirio de Saint Denis, el que fuera primer obispo de París, junto con sus seguidores. De ahí el nombre, Montmartre, el “monte de los mártires”. En reverencia a aquellos santos mártires, por esta colina pasaron en peregrinación Santa Juana de Arco, San Ignacio de Loyola o San Francisco Javier, entre otros.

Continuando con su sangrienta historia, también durante la Revolución Francesa, los monjes residente de la Abadía de Montmartre que se alzaba aquí, fueron guillotinados y la abadía totalmente destruida. Sólo se mantuvo de aquel complejo la iglesia de Saint Pierre.

Curiosamente, un conflicto político y religioso dio pie a la construcción de la actual Sacre Couer. En 1870 hubo un conflicto bélico entre Francia y Alemania. Los franceses retiraron su apoyo al Papado de Roma, y un año después, Francia cayó derrotado ante el emergente poderío alemán. Aquello se consideró una señal por el enfrentamiento a la iglesia papal y dos años después, en 1873, la Asamblea Nacional decidió construir una iglesia que purgara las culpas por la ofensa a la iglesia vaticana.

De la mano del arquitecto Pierre Abadie, entre 1875 y 1919 se realizó la construcción de una basílica similar en forma y estilo a la de Santa Sofía de Estambul, románico bizantino. Hoy día, la Basílica se alza a 129 metros sobre el nivel del Sena, y desde arriba se obtiene una de las mejores vistas de toda París… así que preparad las cámaras.

Sagrado Corazon de Paris, vistas

De la Basílica destaca su gran cúpula central de 80 metros de altura y la magnífica torre cuadrada que tiene en la que está la campana más grande de París, la Savoyarde, de 3 metros de diámetro y 18 toneladas de peso.

Nosotros hicimos la entrada por la parte de la gran escalinata, desde donde se obtienen las mejores fotos de la Sacre Couer, aunque quizás la más bonita subida sea la del Barrio de Montmartre, justo al otro lado, por su espíritu bohemio. Otra subida que podéis hacer, aunque menos romántica y llamativa, es con el funicular que os subirá en poco más de 1 minuto hasta arriba.

Por cierto, la entrada es gratis a la Basílica. Lo que no es tan gratis, ni mucho menos, es comer algo en los alrededores… ¡menudos precios!

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Category: Francia


Comentarios (2)

  1. que ver en paris dice:

    Bueno, es que Sacre Coeur es la mejor iglesia de París. Esta basílica me encanta.
    La lástima son los malos modos del vigilante que hay dentro.. uff. Sin palabras.

  2. María dice:

    La basi­lica de Sacre Coeur es para mi, el monumento más bonito que ver en Paris. Incluso me gusta más que la Torre Eiffel. La única pena es que el vigilante de dentro no deja casi ni respirar y está todo el rato dando gritos.
    Pero por lo demás, impresionante!

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