El Cairo, una experiencia inolvidable

Mezquita de Alabastro en El Cairo

Fue la guinda del viaje. El Cairo es una ciudad impactante para los que no estén habituados a visitar países árabes. Una cultura totalmente diferente, un sinfin de sensaciones abrumadores que se agolpan en nuestro olfato, en nuestro oído y vista. Animada, al borde del estrés, con un intenso tráfico que te obliga a estar continuamente alerta y una amalgama de sonidos diferentes que culminan en los momentos de las oraciones con los rezos callejeros.

Es éste el final del crucero por el Nilo, y vuelvo a recalcar para quienes piensen en hacer un crucero similar al mío, que lo ideal, al menos para mí, es hacer el mismo desde Asuán a El Cairo que no al revés. De ese modo iremos de menos a más, dejando para los últimos dos días la visita al mayor símbolo piramidal que hay sobre la tierra: las tres pirámides existentes en la llanura de Giza.

Para El Cairo me reservé tres días, uno de los cuales era íntegramente dedicado a las tres pirámides, las de Keops, Kefrén y Micerinos, a la gran Esfinge y al espectáculo de luz y sonido que allí se realiza y que os recomiendo especialmente aun cuando por momentos pueda resultar un poco artificial.

El primero de los tres días fue para situarme, para recorrer la ciudad a pie, para empaparme de esas sensaciones inauditas que os contaba. Ineludiblemente la visita principal de ese día debía pasar por el Gran Bazar de Khan el Kalili, una red laberíntica de viejos puestos tradicionales donde podrás comprar, previo regateo, por supuesto, desde telas multicolores hasta joyas o alimentos. Es el punto culminante del viaje en cuanto a colores y olores se refiere y en el que predominan los dorados por un lado, y el olor de las especias por el otro, y donde el bullicio hace de la caminata por el paseo central una auténtica aventura pues la estrechez de sus callejas y la muchísima gente que se congrega te obligará a detenerte, a esquivar empujones y a hablar permanentemente en voz muy alta si quieres hacerte oir. Sin embargo, aunque estresante, lo que allí ves, tocas, hueles y oyes lo llevarás contigo para siempre.

Tampoco debe faltar en tu visita a El Cairo la Ciudadela de Saladino, una colosal estructura fortificada del siglo XII que se alza sobre la ciudad desde la colina Muzzatam y en cuyo interior se encuentran la mezquita del Sultán Hassan, y, sobre todo, la preciosa Mezquita de Alabastro, construida ésta en el año 1830 por Mohammed Alí Pashá.

Con cierto aire otomano otorgado por los dos minaretes principales que sobresalen del enorme domo central, se construyó siguiendo las líneas de tantas mezquitas de Estambul. Recubierta exteriormente de alabastro, en su interior se conserva la tumba de su constructor en un sepulcro de mármol blanco cincelado. Una vez fuera nuevamente, no dejéis de ir al mirador que hay a sus espaldas, desde donde tendréis unas magníficas vistas de todo El Cairo.

El Cairo vista

Callejeando podréis atravesar la la que en su día fue principal plaza pública de la ciudad, Bayn al Qasryn, visitar la mezquita de Ibn Tulon o adentraros en el barrio copto de tanta importancia en la historia de la capital egipcia. Sin embargo, os recomendaría dejar para el final, y como etapa previa a nuestra visita a las pirámides, el Museo Egipcio, donde podréis descubrir tantas y tantas huellas de la que en su día fuera una de las civilizaciones más atractivas de la Humanidad.

Para el segundo día os dejo la visita a la llanura de Giza, localizada a unos 20 kms. al sudoeste de la capital.

No son las únicas, pero sí son las pirámides mejor conservadas y mejor construidas de toda la Historia de Egipto. Construidas en tiempos del Reino Antiguo, en el transcurso de la Dinastía IV, el conjunto arquitectónico funerario de Giza destaca por la presencia de sus tres pirámides principales, la de los faraones Keops, su hijo Kefren, y la de Micerinos, así como por la Gran Esfinge. Sin embargo, no son ni mucho menos las únicas visitas que podréis hacer, pues también allí encuentran pirámides menores (la de las reinas), así como el museo de la barca solar.

Seguramente encontraréis información abundante sobre ellas, de modo que me limitará daros un par de consejos en base a lo que yo allí experimenté.

  • No dejéis de entrar en la pirámide. Es estrecha. Es agobiante. Puede resultar incluso claustrofóbica, pero es un momento único para vivir en la vida.
  • Asistid al espectáculo de luz y sonido que allí se celebra. Es un poco más artificial que el que se celebra en la isla de Filae, pero no deja de ser un espectáculo sorprendente y diferente.
  • Los camellos. es una tradición para los turistas dar una vuelta en camello. Hay muchos mejores lugares en Egipto para hacerlo que no en un sitio como éste en el que resulta demasiado antinatural y turístico. Hacedlo aquí solo si queréis la consabida foto subidos al camello y con las pirámides a la espalda…

Piramides en el Cairo

Como veréis, os he contado dos días. Por lo general el tercero lo suelen conceder libre y excursiones para hacer en El Cairo no os van a faltar.

Si habéis hecho el viaje con una agencia os ofrecerán toda clase de opciones que seguro os resultarán más cara y menos instructivas que si la hacéis por vosotros mismos. Eso sí, a cambio tendréis más seguridad y comodidad. Sin embargo, en El Cairo, y previo regateo de nuevo, podréis conseguir que cualquier taxista os lleve amablemente a cualquier lugar e incluso que os haga de guía local.

Como digo excursiones nos os faltarán para hacer: desde los cercanos oasis de El Faiyum, a la pirámide de Saqqara, pasando por una escapada a Alejandría (fue la opción que yo hice), o incluso quedarte en el mismo Cairo para continuar con la visita de la capital.

  • Si quieres, puedes leer mi viaje completo en el siguiente enlace: mi viaje a Egipto
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Category: Egipto


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